Corría 1983 cuando unos jovencísimos Golpes Bajos (los milenials no os los perdáis) cantaban aquello de Malos tiempos para la lírica, adaptando un poema de Bertolt Brecht. No les faltaba razón, ni al alemán cuando escribió el poema, ni a los vigueses cuando lo versionearon.
Ahora nos encontramos en un momento similar, diría yo. Y más que nunca, aunque no se si eso es posible, son malos tiempos; peores para a lírica.
Dedicarte hoy día a la cultura es igual de apasionante, que atrevido, consciente, responsable hacia la sociedad, militante e irreverente. Y, en muchos casos, estarás condenado/a a sufrir. Mucho.
Sacar adelante un proyecto cultural es un proceso duro. Un trabajo agotador que nunca termina.
Si estás en esto es poruqe de verdad te mola y estás convencido/a de que haces un servicio a la sociedad y crees en un mundo mejor. Yo así lo veo.
Así que se te presenta un gran reto: conseguir que tu proyecto cultural capte la atención de quienes te pueden ayudar, financiar, patrocinar, etc y de quienes serán sus beneficiarios.
¿Cómo hacer una campaña de marketing para un proyecto cultural?
Analizo aquí los factores a tener en cuenta.
El gran reto: el marketing
Más allá de la propuesta artística y/o creativa en sí, el reto de los proyectos culturales es la atracción. Atraer la atención de la audiencia y de los recursos. Así que, en resumen, necesitan hacer marketing.
Para conseguirlo, hoy más que nunca, hay varias estrategias que deben ser consideradas.
Estrategias de marketing para proyectos culturales
Veamos algunas de estas estrategias que puedes adaptar para tus proyectos.
Tu proyecto es un producto
Tengo que admitir que cuando hablo de esto con algunos profesionales de la cultura, y sobretodo creadores/as, muchos/as todavía hoy me miran raro.
Que sí, que claramente estoy de acuerdo y defiendo que los proyectos culturales y el proceso creativo en sí tiene mucho de abstracción, de estar por encima de cuestiones prácticas, de interpretar, romper límites y explorar.
Todo esto tiene connotaciones románticas.
Pero tienes que tener en cuenta que el proyecto es, o se tiene que convertir, en un producto dirigido a un público. Un público que consumirá esa propuesta que tú lanzas al mercado.
Así que empieza a visualizarlo como un producto. Un producto que responde a una necesidad o que supone una oferta para ese mercado.
Cuando empieces a valorarlo en estos términos podrás abarcar cuestiones como la producción, financiación, monetización, etc.
Tienes que conocer a tu público
Si hemos dicho que se trata de un producto que se oferta al mercado para un tipo de público, antes de ejecutar ninguna acción debes conocer a qué público te diriges.
Conocer tu público te ayudará a definir qué acciones desarrollar para atraerlo.
Realizar un ejercicio de definición del buyer persona de tu proyecto te ayudará.
Tendrás que intentar tener respuesta para la mayor cantidad de posibles preguntas, tales como: ¿quién es? ¿de qué edad? ¿nivel social y de estudios? ¿sexo? ¿qué le gusta? ¿qué hace? ¿dónde adquiere tu producto?
Y así un largo etcétera. Define todo lo que puedas sobre este punto. Esto es determinante.
Estudia dónde se mueve tu audiencia y cómo se informa sobre las propuestas culturales
Si quieres darle difusión a tu proyecto y conseguir que tu audiencia se entere, tendrás que saber dónde se mueve, cómo consume, cómo se informa y entera de las propuestas culturales.
Seguramente no te sobra presupuesto como para poder tener presencia en todos los canales, así que tienes que ser selectivo/a, pero a su vez, realizar una planificación de la difusión los más eficiente posible.
En resumen, sacarle chispas a cada euro y ocasión.
Así que emplea tiempo en conocer este aspecto, en investigar y preguntar.
Afortunadamente, las redes sociales son un canal barato que puedes aprovechar y te pueden servir de gran ayuda. Pero en este caso también tienes que investigar para saber en qué plataformas está presente tu público.
Define el valor diferencial de tu producto
Una de las claves de conseguir el éxito y llegar a tu audiencia con tu proyecto cultural es definir muy bien cuál es el valor diferencial de este. Qué es lo que lo hace distinto al resto de proyectos del mismo tipo, por qué destaca.
Tu proyecto tiene que tener unas características propias que lo definan, que le den una identidad.
Y una vez definida, esta identidad se arrastrará a todos los ámbitos.
Pueden ser aspectos variados y muy diferentes.
Por ejemplo y nombrando solo algunos: la ubicación especial donde se celebra un evento, los creadores/as que participan, quién es el autor, el trato al público, que sea barato/caro, que trate un tema o aspecto que nadie más lo hace, que su comunicación destaque por alguna especificación concreta…
Las posibilidades son muchas. Tendrás que estrujarte la cabeza para pensar y definir cómo quieres que se diferencie tu producto, algo concreto con lo que claramente se pueda identificar en la mente de espectadores, público, patrocinadores, instituciones, etc.
Esto es clave para desarrollar la estrategia de venta y comunicación y también en el momento de buscar apoyo para la producción, financiación, patrocinios, etc.
Conoce quién es tu competencia
Identifica las características de empresas o proyectos similares, de tu mismo rango, y cuáles son tus ventajas sobre ellos.
Dale valor agregado a tu propuesta.
Busca aliados
En esta época más que nunca, hay que buscar alianzas con proyectos, empresas, marcas etc. que sean congruentes con tu propuesta artística.
Ambos podéis salir beneficiados al alinear vuestros valores en torno a tu proyecto.
Aquí será clave cómo lo presentes y lo vendes. Ponte en su piel y piensa en qué se beneficia esa marca al apoyarte.
Bonus track
No podía terminar este artículo sin proponerte que veas a Golpes Bajos en acción.
Te dejo con Germán Coppini y Teo Cardalda and company.