En 2015 Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible para que los países y las sociedades emprendieran un nuevo camino en aras de mejorar la vida de todos. Y lo hicieron a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen aspectos variados, desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático.

Los efectos del cambio climático son más visibles que nunca y nos enfrentamos a importantes desafíos ecológicos. Hoy es imprescindible que todas las entidades y organizaciones, con independencia de su naturaleza, den un paso al frente para avanzar en materia de sostenibilidad.

En lo relativo al sector cultural, la Agenda no incorporó un ODS específico que situara a la cultura como elemento imprescindible para el desarrollo sostenible, pese a su importancia en los contextos contemporáneos. Pero la cultura es una esfera más del desarrollo sostenible, al abarcar todos los ámbitos de la actividad humana y constituir una de las principales fuentes de valores, cohesión social, bienestar, riqueza y participación de una sociedad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los Museos

En el caso concreto de los museos, el Consejo Internacional de Museos (ICOM), organización consultiva ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, se ha mostrado consciente de los tiempos difíciles que vivimos y de que estas instituciones no siempre han estado a la altura de los retos.

La realidad actual muestra que la sostenibilidad no ha sido hasta ahora un objetivo de primera línea para los museos. Y, aunque es cierto que muchas actividades museísticas cuentan ya con estrategias para reducir su huella ecológica o de carbono, los Objetivos de Desarrollo Sostenible abarcan muchísimos más aspectos.

Pero los museos tienen la capacidad y poder para transformar, abanderar, sensibilizar y transmitir éstos. Y de ahí que el ICOM haya planteado ya prácticas para fomentar la sostenibilidad con la adopción de un nuevo enfoque de gestión, la Gestión de la Sostenibilidad en los Museos (GSM), adaptado a los contextos y necesidades específicas de los museos y otras instituciones culturales.

Algunos ejemplos de las acciones para la sostenibilidad que están desarrollando los Museos

En respuesta a esta llamada, museos de todo el mundo se han puesto manos a la obra para poner en marcha nuevos planes e iniciativas que sitúen la sostenibilidad como uno de sus pilares fundamentales.

A continuación, vamos a hacer un repaso de algunas de ellas.

1. Crear el plan de acción

El primer paso para comenzar a ser un museo sostenible es elaborar un buen plan de acción. Muchos museos cuentan con él, con el objetivo de establecer los objetivos y los pasos necesarios para llegar a ellos. Para empezar, podría ser útil hacer un balance de dónde se encuentra actualmente el museo, en términos de su sostenibilidad.

Esto lo ayudará a determinar desde dónde comienza y qué podría lograr razonablemente.

Un buen ejemplo de un plan de sostenibilidad lo encontramos en el Museum Of London, con cinco ejes prioritarios para mejorar diferentes indicadores de sostenibilidad, como mejorar la interlocución con los agentes sociales o evitar el desperdicio de recursos.

2. Control del gasto energético

El uso de la energía eléctrica es un gran gasto económico para los museos, además de la dependencia y de las consecuencias que supone a nivel ecológico.

Una de las acciones que ya están tomando muchos museos del mundo es la de hacer el cambio y transición hacia sistemas de iluminación más sostenibles, apostando por el uso de la tecnología LED.

Así, por ejemplo, el Museo del Prado ya ha declarado que desde que inició este proceso en 2017, ha logrado un ahorro energético del 75% y sus emisiones de CO₂ se han reducido a 320 toneladas al año.

Pero la eficiencia en el aspecto de la iluminación no es la única acción que pueden desarrollar. El uso de paneles solares y la eficiencia en los sistemas de aire acondicionado son algunas de las acciones sobre las que se puede lograr un gran efecto.

3. Exposiciones temporales más sostenibles

Un proyecto integral de sostenibilidad exige tiempo, muchos cambios y presupuesto.

Pero las exposiciones temporales son una estupenda oportunidad para dar pasos y afianzarse.

Así, tomar medidas como la reutilización de materiales, gestionar de forma diferente los transportes de las obras y medidas de este tipo suponen un gran avance.

4. Las tiendas de los Museos y sus productos

Otra de las medidas que resultan efectivas por el impacto global que logran, es la de seleccionar mejor los materiales con los que se producirán los productos de promoción y merchandising.

Es, además, una medida que tiene impacto directo en todo el ciclo de consumo y en la sensibilización hacia el público.

El Museo Thyssen-Bornemisza ya declaró en su momento que ha conseguido reducir el uso de plástico en los últimos dos años y promueve el uso de materiales reciclados en sus productos.

Otra forma de actuar sobre la sostenibilidad es promover también los productos locales y de kilómetro cero, además de los creados de forma artesanal.

5. Colaboración

Los museos pueden trabajar juntos y con otras instituciones para compartir las mejores prácticas de sostenibilidad o desarrollar proyectos comunes.

Existen a nivel internacional iniciativas como Museums For Future, Green Art Lab Alliance, Coalition of Museums for Climate Justice o Culture Declares Emergency.

A menor escala, también se han dado pasos para promover una colaboración que signifique un respiro para el planeta. Por ejemplo, el Museo Guggenheim Bilbao, anunció su compromiso para compartir con otras instituciones los transportes de obras de arte, evitando los embarques exclusivos, así como elementos museográficos para su reutilización.

6. Apuesta por la rehabilitación

Los museos de nueva construcción suelen crearse a partir de exigentes estándares de sostenibilidad. Sin embargo, por su propia naturaleza, un buen proyecto de rehabilitación puede ser una respuesta mucho más respetuosa con el medio ambiente.

Ejemplos hay muchos, y uno de ellos es el Hermitage de Ámsterdam, cuyos orígenes se remontan a 1683. Gracias a diversas intervenciones de rehabilitación, el museo ha logrado reducir su consumo de energía al agregar aislamiento moderno. También ha implementado mejores sistemas de control climático.

Además, en 2016, se asoció con Hortus Botanicus para compartir los excedentes de calor y frío. Como resultado, el museo ahora ahorra 77.215 metros cúbicos de gas, 200.000 kWh de energía, 259.000 kilos de CO₂ y 12.950 árboles cada año. El proyecto ganó el Premio Patrimonio Sostenible en 2016.

7. Divulgar la sostenibilidad

Los museos pueden realizar acciones para volverse más sostenibles en sí mismos, y también pueden generar un impacto positivo al difundir el mensaje de sostenibilidad a sus audiencias, estableciendo conexiones significativas con sus visitantes, con independencia de su tamaño.

Por ejemplo, el Museo Thyssen-Bornemisza ofrece un recorrido temático con el nombre de Arte y sostenibilidad. Algunos retos sociales desde la Colección Thyssen-Bornemisza. Tal y como explican en su web, se trata de “un recorrido destinado a fomentar el pensamiento sostenible a través de la colección permanente del museo”, a partir de una selección de obras seleccionadas que ponen en relación arte y desarrollo sostenible en términos de ecología, economía y sociedad.

8. El compromiso del equipo

En realidad, el éxito de muchas de las iniciativas que los museos pueden llevar a cabo para avanzar en sostenibilidad depende del compromiso de todos los miembros de la institución, desde los empleados hasta los directivos.

Para ello, es imprescindible formar, concienciar y dar voz a todas las personas que de una forma u otra forman parte y participan en las actividades de los museos.