En un artículo anterior te hablé sobre la necesidad de que los proyectos culturales y artísticos cuenten con un espacio propio en internet por medio de su página web. Te avance las razones que justifican crear esas páginas web.
Son muchas las consultas que me han llegado en torno al tema y parece que algo he despertado en muchos/as de vosotros/as. Pero la mayoría me habéis transmitido cierta preocupación porque no sabéis por dónde empezar.
Así que en esta ocasión te voy a hablar de qué tener en cuenta al enfrentarte al desarrollo de la página web para tu proyecto.
Si te has decidido ya y vas a empezar con el desarrollo, te dejo aquí una serie de consejos básicos, orientados específicamente a las características de un proyecto artístico o cultural.
Consejos para desarrollar la página web de tu proyecto
1 Menos es más. No recargues la página en exceso
Este tipo de proyectos nacen ya en su ADN con un fuerte componente creativo. Pero tendrás que tener en cuenta que deberás favorecer que tu público pueda llegar a tus contenidos de una forma ágil, fácil y que podrán ver y leer el contenido sin esfuerzo.
¿Por qué digo esto? Cuando ayudo a profesionales del sector cultural y creativo a desarrollar las estrategias para lanzarse al mundo digital y comenzamos con el desarrollo de los sitios web, a menudo me encuentro con que quieren cargar la web con infinidad de efectos y recursos, como si fuera la mejor manera de demostrar que cuentan con una alta capacidad creativa.
Te recomiendo que apliques la regla del menos es más: cuanto más limpia y sencilla sea la página web, más fácil será acceder a los contenidos, navegar y disfrutar de lo que ofrece.
Piensa que el/la usuario/a que aterrice en tu web deberá navegar con facilidad y debes intentar que esa experiencia sea lo más agradable posible. Si necesita emplear mucho esfuerzo para conseguir leer los textos, terminará dejando el sitio.
2 Elige los colores adecuados y que la selección sea pequeña
Una página web en la que se empleen todos los colores del arco iris no quedará ni más bonita, ni resolverá mejor las necesidades para las que fue creada.
Elige los colores que más se ajusten a tu proyecto, en base a diferentes criterios:
- Tu preferencia y gustos.
- Tu imagen corporativa o la del proyecto.
- La estética global del proyecto.
Elige mejor una paleta de colores limitada a dos o tres. También puedes jugar con las diferentes tonalidades de cada color.
Te recomiendo que el fondo de la página web sea blanco, exceptuando si el proyecto tiene un fuerte carácter estético en el que predomine otro tono y te condicione. El blanco aligerará el peso visual del contenido y será más fácil de leer los textos. Selecciona colores que contrasten sobre el blanco para los textos, titulares, elementos destacados, etc.
3 Pocas tipografías y de fácil lectura y comprensión
Selecciona fuentes de letras que estéticamente relaciones con tu proyecto. Pero una vez más, es mejor ceñirte a dos o tres tipografías, para titulares y cuerpo de textos.
Son más recomendables, para facilitar la lectura, tipografías sans serif, sin remate. Si te decantas por una más ornamentada, con serif, que sea para elementos puntuales, como títulos.
4 Elementos de contenido, con medida
No por cargar la web con ventanas emergentes, animaciones, alertas etc vas a conseguir que la experiencia de los/as visitantes mejore. Al contrario.
Recuerda que las webs están creadas para un consumo digital, en pantallas. Y por lo tanto tienes que facilitar:
- que los contenidos se vean bien
- que la página y los elementos se carguen rápido
- que de un vistazo rápido se perciba la estructura del sitio
Así que evita imágenes pesadas, limita el tamaño de los archivos de imagen.
Y, respecto a los vídeos, mejor integrarlos desde fuentes externas, como un canal propio de YouTube o Vimeo, que cargarlos directamente en la página web. Esto te ocupará especio en el servidor, te consumirá recursos y se ralentizará el tiempo de carga del sitio web.
5 El contenido es muy importante
Este es un aspecto que trabajo mucho en los proyectos en los que participo.
Como ya te he dicho antes, si te decides a crear tu sitio web deberás comprometerte a mantenerlo activo y dotarlo de contenidos.
El contenido es la clave y la herramienta estratégica con la que puedes conseguir llegar a tu público.
Tómate el trabajo de crear contenidos que aporten, que identifiquen a tu proyecto y que informen sobre éste.
No se trata de crear páginas kilométricas de textos: se trata de expresar lo que quieres que los/as visitantes a tu sitio perciban y que lo que les cuentas les resulte tan de interés que consideren volver de nuevo.
Piensa en el contenido de tu sitio web como la llave que te permitirá conseguir el alcance, la visibilidad y el posicionamiento que buscas para tu proyecto.
Casi nada, ¿verdad?
Respecto al tipo de contenidos, piensa en que tienes numerosas alternativas que, combinadas con medida, pueden hacer de tu sitio web un recurso interesante: textos, imágenes, vídeos, audios…
Combínalos con esmero y verás cómo despiertas el interés de tus lectores.
Así que resérvate tiempo para la creación y actualización de los contenidos de tu sitio web.
6 Anímate a crear un blog
Te lo comenté también en otro artículo, al hilo de los contenidos que debe recoger un sitio web.
Una parte serán los específicos sobre tí y el proyecto, la forma de ponerse en contacto contigo, etc.
Pero otra parte, muy importante, deberá mantenerse en constante cambio y actualización. Debes ver tu sitio web como algo vivo, la puerta que abrirás continuamente a tu público para que conozcan quién eres, lo que haces, cuál es tu propuesta, qué ofreces, etc.
Así que ten en cuenta que, si te decides a crear un blog en tu página web, deberás dedicar tiempo a la redacción de artículos.
7 Rodéate de profesionales que te puedan ayudar
Cuando llegas a este punto quizá estés ya asustado/a y abrumado/a por todas las tareas que supone tener un sitio web.
Pero no te asustes. No tienes que hacer tú todo.
Mi consejo es que dividas y repartas tareas y, mejor antes que más tarde, cuentes con profesionales especializados en cada área para que te ayuden.
No te puedes cargar tú con todo el trabajo.
Y además tú eres más necesario/a dedicándote a tu actividad, a la creación, que a realizar las tareas que conlleva gestionar un sitio web.
¿Por dónde empezar? Son tres las grandes áreas que necesitarás cubrir:
Diseño y/o desarrollo
En el caso en que no puedas contar con los perfiles profesionales de un/a diseñador/a y un/a programador/a por separado, y en día herramientas como WordPress, combinadas con otras específicas creadas para el diseño web, consiguen muy buenos resultados, fusionando ambos entornos.
Creación y difusión de contenidos
Cuenta con un profesional especializado que te ayude a crear los contenidos del sitio web y a mantenerlos actualizados, redactando también contenidos para tu blog.
Es la mejor forma de ir posicionando tu web, consiguiendo visibilidad y trabajar para llegar con tu web a tu público.
Y el siguiente paso es la difusión por medio de otros canales, como pueden ser las redes sociales, de esos contenidos. Las tareas del llamado Community Management están enfocadas a conseguir que esos contenidos sean visitados.
Esta es mi área de trabajo.
Mantenimiento técnico del sitio web
Esta es la tercera pata de la ecuación: tu sitio web necesitará un mantenimiento técnico, que no puedes obviar.
A no ser que seas todo un as de la informática, deberías contar con un/a profesional que se ocupe de que el sitio esté siempre en las mejores condiciones.
No se trata sólo de que cargue bien y rápido; también hay que estar alerta a fallos de seguridad, hackeos, etc; y mantener actualizados los diferentes recursos de los que se compone la web, como plugins, temas, etc.
Hoy día existe la figura del sherpa tecnológico, un/a profesional que se dedica a estas tareas en remoto y que vela por tu sitio web.
¿Lo tienes ahora un poco más claro? Recuerda que puedes consultarme las dudas que te hayan surgido. Y que puedes escribirme para proponerme nuevos temas que tratar.